martes, 15 de abril de 2014

Dísplido.

-Antílopes lamen gargantas.-

-- Me llamaste. Me llamaste tan fuerte que me agujereaste la oreja.

- Antílopes recorren ventanas.-

-- Creaste el humo en la ciudad, transformaste la mugre de los vidrios oscuros en espejos, levantaste nuevas texturas para tu piel.

- Antes los peores eran pilares. -

Rajá. Te digo. Y me encanta. Tus ojos se parten como vidrio por el frío.

-- Me llamaste, con la fuerza de toda mi vida. Cuando me di vuelta esta se cayó entre los autos y los autómatas.

Silencio. Viento entremedio.
Antes sucumbe, ahora reverdece.

Cumbres.              
Que te caigas.

Que te caigas mil.