Vacío el verano en los silencios
y las ideas de mis ojos se susurran
(más como un pan que con palabra)
resbalan bajito y espeso a mi espalda
calcáreas, en los huesos se esconden
a morir los inviernos
a mirar los otoños
a vaciar los veranos
a negar las primaveras
Sólo se animan en algunas lluvias
a pudrirse.
a pudrirse.
III
Cada poesía apuntala un silencio
en tono hay algo sagrado
de voto, de ofrenda
felizmente
cada verano vacío parece correrme de mí
pero después cada cara parece interpelarme.
pero después cada cara parece interpelarme.