domingo, 10 de junio de 2012

Fusiones - texto inacabado, inacabable -

Me enseñaron las palabras en pilares, esquemas, anaqueles, dinámicos de poder dinámicas. Huyo a los calores en color a los bailes en oscuridad; a las sensaciones sin progreso, sin pan, sin luz, ni arriba.Corrida desenfrenada hacia fragmentaciones nuevas. Una nada, en toco, una ausencia de palabra, un grito congeladoeterno, sunya, un mar en el que maceren los cuerpos y los sentidos.Me enseñaron las palabras en pilares, esquemas, anaqueles, dinámicos de poder dinámicas. En la lucha, nadando en un agua que te toca completo, te hunde y levanta, se construyen unicidades que te hacen sentarte sobre los pensamientos completos - pero mirarle la cara a la muerte guiña un ojo y fisura los completos para caer y sumergirte de nuevo en las mil vidas.Un eterno discurrir nadandoscurriendo, fragmentos, vivir, degustar. Una nada, en toco, una ausencia de palabra, un grito congeladoeterno, un mar en el que maceren los cuerpos y los sentidos.
Respirar. Unicidad. Pero mirarle la cara a la muerte guiña un ojo y fisura los completos para caer y sumergirte de nuevo en las mil vidas. Huyo a los calores en color a los bailes en oscuridad; alas sensaciones sin progreso, sin pan, sin luz, ni arriba.Respirar. Uno. Miles. Me siento sobre los pensamientos completos, estoy sobre el agua, pero frente a la muerte sin alas, sin pan, sin lengua. Sumergirme. Guiño un ojo en el recuerdo, nado, el agua y el cuerpo. Nado el agua. Entre recuerdos de respirar respiro en lo cálido que no me ahoga. Uno. Miles. un mar en el que maceren los cuerpos y los sentidos. Huyo a los calores en color a los bailes en oscuridad; Alas, sensaciones sin progreso, sin pan, sin luz, ni arriba. alas, sensaciones sin progreso ni arriba fisuran pilares, esquemas, anaqueles. Nado, floto, busco en amor, que fisura pilares, esquemas, anaqueles. Busco sentidos que fisuran sentidos, pilares, anaqueles. Huyo a los calores en color a los bailes en oscuridad; alas sensaciones sin progreso, sin pan, sin luz, ni arriba. 

martes, 5 de junio de 2012

Sumergirse

La vista se va y un camino sin imagen ni nombre se dibuja (como una niebla que no es) en mi frente, en el lugar donde me narraron que aparece la imagen de una meditación.
En realidad, adelante.
Espacio gris casi imperceptible en lo oscuro, porque lo gris no es gris porque lo oscuro no es negro y la energía no es vista porque la vista no está.
Lo sigo (si esa es la palabra) y me quedo ciega, ciega más sin vista, por sin camino, sin dirección. Me detengo en la nada, respiro, y sólo a veces vuelve a aparecer.

Mis caminos tienden a ser a campo traviesa.

Si le pusiera imagen de bosque, de pastos y ramas desordenados que se corren a paisajes nuevos. Pero no, porque los paisajes nuevos se corren como ramas para ver que en los bosques está su negación y que en su opacidad está su fuerza.
En sumergirse se encuentra que no hay una cosa por encontrar, que la niebla aunque energía es una distracción,
no existe un camino para sumergirse.

Silencio

Lamer tu piel alrededor de tu piel   me hace cerrar los ojos
porque entramos resbalando en lo sutil
para no empezar a morder

domingo, 3 de junio de 2012

Sólo vi raices en el pueblo, y en el pueblo vi el miedo.

Eloísa, vendada de repasadores, fue formando con ellos sus arrugas, sus texturas, sus pliegues.
Negando eso que está más allá o más acá se cayó en un trozo de gaza y quedó ciega de un ojo.
Desesperada, se desahoga en cosas sin nombre; deshoja los días con miedo, en ese tarareo mudo de sus tareas, que se mezcla con la línea de un horizonte, que parece estar siempre atardeciendo.
 A veces ve oscilar un balde o un cordel y entre el agua y el vacío el miedo se calma.
Todo resbala, toda superficie en su casa es impermeable; loza, cuero, acero, baldosa, madera. Eloísa no puede tejer a crochet, vivir con arrugas en las telas, teme que el miedo que la rebalsa se impregne en sus cosas y la mire alguna vez desde el otro lado de la habitación.
Eloísa enflaquece desde siempre, sus costillas recuerdan a las de un pájaro; huesos huecos que resisten todavía.

Eloísa está curtida ya, y el miedo contenido; y van a morir ambos antes de que él salga. Ella se movió en las tareas mil veces y sus manos acomodan, estrujan, abrazan y comen con un mismo ademán.
Eloísa se sienta ya, quieta, mira la mitad del mundo que siempre quiso callar y este no habla, eso la desespera.