martes, 19 de marzo de 2013

No existe.

Hablábamos y dibujábamos de esos ribetes en el agua, tosimos un día, y cascamos la tabla; había arena, pero ninguno salía de la lancha.
Si contabas más de cinco gaviotas había prenda, tenías que ponerte tres caramelos en la boca, a veces hacíamos trampa, así al revés, como después en los juegos de tomar, y ahora para decir la verdad.
No nos dábamos cuenta, pero nos gustaba cada vez que encontrábamos algo roto, porque aprendíamos de lo que estaba hecho, había una pasión contenida en ver la lancha de madera, la lata de metal, el óxido, los hilos.
Después de ese verano no nos vimos, por ahí por lo de tu prima, pero estuvo bien.
Cuando nos cruzamos en el centro parecía que no teníamos de qué hablar, y estabas demasiado contento con esas zapatillas, un poco quemado, y un poco desesperado con la vida; ya fue, éramos otros.
Tomando una cerveza, igual, la segunda, hablamos de si hubiéramos o no seguido jugando al zapito (porque dijimos mil veces que el juego es con z) si nos hubiéramos visto todos los veranos, o en el club.
Dijimos que seguro que no, una amargura.
A mi lo que más me gustaba era sentarnos juntos en la costa del lado de las totoras, mirando para adelante al agua y cerrar el puño entre esa arena terrosa, para volverla a esparcir, y volverlo a cerrar, pero no te lo dije.

sábado, 16 de marzo de 2013

lindas redes de voces con voces y con vos y voz, y múltiples ficciones entramando

De escuchar a la gente con su voz y su guitarrita, como llovizna de verano, de gotitas de té, en uno de esos nublados que resaltan todos los colores, con los verdes fuertes y las flores oscuras fluorescentes. las únicas maneras de generar esos paisajes que nos estremecen la médulas, las múltiples maneras de cada uno de hablar de cuando fuimos vegetal, pájaros, terrones, raíces ciegas, verdes chiquitas, tanteando el agua. Nos hacemos ronda y canción, de cuando jugábamos niños sabiéndonos reproduciendo los esquemas vitales del universo. Nos sumergimos en la sensibilidad dando vueltas carnero debajo de nuestros ojos cerrados y cálidos, y salimos a cantar, como tocándole el timbre a un vecino.

(escuchando este lindo souncloud: https://soundcloud.com/jeaninne-martin que compartió Guada, y no sé ni quién es)

viernes, 15 de marzo de 2013

Verde y viento

Placer en ser mirada por lobos. Cazamos sus miradas. Develamos las nuestras. Para compartir nuestra sangre con su sangre, su sangre con nuestra boca. Cazamos para alimentarnos de vida, de su placer y su vicio. Somos mujeres libres. Somos en el claro. Somos bailando desnudas. Y arquetipos de los tiempos. Somos la sombra sobre su orden. Somos la llave de nuestras vidas. No hay quien haya sido sin nosotras Somos las que dicen "ese" y las que dicen "No". Somos las que huelen la grasa de la oveja en medio del pasto. Y enrollamos nuestros dedos en su lana embarrada. Somos las que apoyamos la frente en su estómago. Las que plantamos nuestras plantas de pies en los pastos. Las que vemos sus pupilas solemnes y usamos las nuestras para mirar. Para mirar de frente. Y decir No. Decir vida. Decir que soy como el viento en los abetos. Como la podredumbre en agua estancada. Vomitar horribles, mirar de frente, hacer que paren. Desgarrando, y después, haciendo lentas un jarro. Prendiendo fuego, y llenando cántaros. Gritos para alejar la depredación. Gritos enfermos que desgarran la garganta. Para defender la tierra y la carne. Para respirar y trascender.

martes, 12 de marzo de 2013

Debajo

En alguna de tus venas
agazapada bajo un glóbulo rojo
hay un bicho
como yo.

Y cuando te miro
veo dos resoluciones 
diferentes.

O coloniza,
o se traba
cerca de un ojo.

En un ACV, 
fulminante.

Como un ciervo
ante un ruido,
te das vuelta.

Y caes muerto.

Arenga

Con felicidad vino una gota
a decirme mi piel.
Mi piel vino a decirme que se escondía,
y que era cielo
que yo no era ninguna, que era innombrable
que era mirada
como navaja
que era salvaje
flecha
una pupila flotante en un universo de agua.
Y que todo se iba a volver contra mi,
y que me encanta.
Que no hay palabra tuya que me nombre
que mías hay mil
como río
como sótano
que cada una de tus suposiciones son mis ofensas
porque soy un grito
de miedo
de defensa
de desafío
de territorio
sin ánimo de expandirme
soy yo
y soy la ausente
porque soy sólo mía
y no soy palabra, ni imagen,
soy enverbo, encarnada endevenir
soy consumida -inflamed- sólo por mi propia vida.