Mírenlos, caminan por las baldosas,
Sobre cada cuadricula proyectan sus pesos, sus sombras,
Cada desnivel y depresión, irrumpen frente de cada poste y farol,
Indiferentes.
Cargan todo el tiempo, contra los quiosqueros,
Contra las mujeres de piernas florecientes,
A los semáforos y a los aires buenos en veneno que flotan,
Cargan y contienen.
Pero de pronto, uno ve dentro, esa tensión infinita
Carne curtida de fibras oscuras,
Matan a una niña en un subte, uno ve.
Mírenlos, transeúntes, caminan por las baldosas,
Aprietan sus miembros en el suelo,
Indiferentes carnes, uno ve,
Rompen la vista de postes y semáforos,
Pero en un hueco debajo de la frente, quiebran una niña en el subte,
Se derraman, animales, y llagan las piernas de ella.
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