Yo no te veo; mis ojos son blanco algodón. Y cuando aparecés yo no te creo y no te miro;
porque en la esquina negra esa de arriba, un poco entre esa nada entre el ojo y la pared, te paseás por mi garganta y sos aire. Y ni sos vos ni soy yo, es un aire entremedio de mis gargantas y mis vértebras, es el algodón vidrioso de mis ojos, es, lo templado.
Y siempre.
Siempres en siembra.
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