martes, 5 de junio de 2012

Sumergirse

La vista se va y un camino sin imagen ni nombre se dibuja (como una niebla que no es) en mi frente, en el lugar donde me narraron que aparece la imagen de una meditación.
En realidad, adelante.
Espacio gris casi imperceptible en lo oscuro, porque lo gris no es gris porque lo oscuro no es negro y la energía no es vista porque la vista no está.
Lo sigo (si esa es la palabra) y me quedo ciega, ciega más sin vista, por sin camino, sin dirección. Me detengo en la nada, respiro, y sólo a veces vuelve a aparecer.

Mis caminos tienden a ser a campo traviesa.

Si le pusiera imagen de bosque, de pastos y ramas desordenados que se corren a paisajes nuevos. Pero no, porque los paisajes nuevos se corren como ramas para ver que en los bosques está su negación y que en su opacidad está su fuerza.
En sumergirse se encuentra que no hay una cosa por encontrar, que la niebla aunque energía es una distracción,
no existe un camino para sumergirse.

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