martes, 12 de marzo de 2013

Arenga

Con felicidad vino una gota
a decirme mi piel.
Mi piel vino a decirme que se escondía,
y que era cielo
que yo no era ninguna, que era innombrable
que era mirada
como navaja
que era salvaje
flecha
una pupila flotante en un universo de agua.
Y que todo se iba a volver contra mi,
y que me encanta.
Que no hay palabra tuya que me nombre
que mías hay mil
como río
como sótano
que cada una de tus suposiciones son mis ofensas
porque soy un grito
de miedo
de defensa
de desafío
de territorio
sin ánimo de expandirme
soy yo
y soy la ausente
porque soy sólo mía
y no soy palabra, ni imagen,
soy enverbo, encarnada endevenir
soy consumida -inflamed- sólo por mi propia vida.

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