sábado, 17 de diciembre de 2016

Debajo de la palabra

Me estiré vulnerada,
queriendo tocarte la mirada
y tus ojos se desgajaron en mandarinas
se separaban de los sentidos,
se desgajaban sin querer entre mis dedos.

Y te reíste,
con la mandíbula colgando
y salieron sapos
a arcadas
en cada carcajada sorda.

Eso fue lo que pasó
todo lo que pasó.

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